17 de noviembre de 2011

[Capítulo 1 Parte 2/2] Presentación, la primera misión de Bryan Miller.

Tras saludar ligeramente con la cabeza a los tres presentes, pues no sabía como reaccionar y saludar tanto a altos cargos como a compañeros, esperó paciente a que el comandante empezase a hablar, el cual no tardó en hacerlo.
-Buenos días-. Asintió al ver el gesto de Miller. -Usted es Bryan Miller ¿Verdad?-. Sin esperar respuesta, pasó la hoja la cual parecía ser la ficha personal del chico y siguió hablando.
-Muy bien, seguro que esto se lo habrá dicho ya bastante gente en las dos semanas que lleva aquí, pero no toleraremos ningún desacato ni desovediéncia por su parte-. aseguraba el hombre con bigote y Bryan asentía una y otra vez a sus directrices.
-Su misión consistirá en un pequeño ''paseo'' por Tanis, has sido recomendado por Tyler, dice que él te mantendrá en vereda y no consentirá ninguna tontería. Espero que sea verdad-. Dijo el capitán mirando con el tono de seriedad justo al que iba a ser compañero de Bryan. El chico, no pudo evitar mirar con una sonrisa al que el consideraba el mejor soldado del ejercito, pues le tenía en un alta estima.
-Bien, como seguramente sabrás, tu que llevas hasta hace poco tiempo en la calle hace poco que se habla de una nueva organización que pretende destruir las siete ciudades-. Continuó el Capitán. -Y como sabrás no podemos permitir eso, pues sería un caos imposible de remediar-. ante esto último Bryan asintió con ímpetu, pues consideraba que eso estaba realmente mal.
-Así pues, os dirigiréis mañana a las cero nueve cero cero al puerto de la ciudad y allí sacaréis un billete para viajar en un barco de mercancías, haciéndoos pasar por comerciantes, para no levantar sospechas-. Por hoy tienes día libre.
La secretaria apuntaba como loca a mano, y no mediante ordenador todo lo que decía el capitán, sin importar lo rápido que fuera, pu es éste no se cortaba un pelo ni se controlaba para que la mujer pudiera calmarse.
Tras escuchar las últimas instrucciones esperó a que su compañero se retirase para hacerlo él también tras una leve reverencia y salió medio corriendo para alcanzar a su amigo, que ya llevaba por mitad del pasillo que salía de allí.

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