5 de enero de 2012

[Capítulo 5 Parte 2/2] Persecución por las calles.


[Bueno, después del parón de invierno entre las navidades y los exámenes, aquí un nuevo capítulo de las siete ciudades.]




Bryan salió volando por los aires, y un poco antes de que el cinturón se recogiese por completo, se soltó de la madera, dejándole a merced de la caída.
-¿Pero que?-. Maldijo Bryan, pensaba que ese chisme iba a ser más fácil de controlar y no esperaba que se soltase en plena subida del chico.
Como aquella situación le había pillado desprevenido, no le había dado tiempo a colocarse. Así que cayó. Lo hizo de tal manera que su espalda completa chocó contra el suelo, produciendo así un gran sonido seco en el lugar que ya de por sí estaba alborotado.
-Ahhg-. Se quejó Bryan quedándose sin respiración por unos segundos y olvidándose de a quien perseguía, pues ahora mismo estaba demasiado dolorido.
tras varios minutos echado en el suelo, la gente empezó a rodearle, murmurando, otros reían por lo bajo, debido al ridículo que éste había hecho con el cinturón.
-¿A quien se le ocurre utilizar un gancho sin saber utilizarlo?-. Pudo distinguir Bryan como comentaba un hombre de voz ronca.
-Si, hay que estar muy loco-. Comentó una mujer a la pregunta de aquel hombre.
De entre la gente, empezaron a oírse quejidos y réplicas a algo que cada vez se acercaba más, hasta que finalmente, Bryan pudo ver la cara de  su compañero Tyler, que le miraba con expresión de enfado y a la vez de decepción.
Bryan, apurado, intentó levantarse lo más rápido posible, tarea que no le resultó fácil, pues el golpe había calado bien en su espalda y no dejaba de molestarle.
Cuando consiguió ponerse erguido, Tyler le siguió mirando con la misma cara de cabreo, esperando una respuesta lo bastante razonable como para no echarle la bronca.
El joven intentó medir bien sus palabras, pues sabía que su amigo del alma, ahora mismo era un compañero de trabajo, es más, era su superior en aquella misión, y sabía que no iba a consentir fallos.
-Bueno, esto... emm...-. Estaba algo desorientado, aunque después de reflexionar lo recordó todo. -¡Estaba caminando ¿No?-. Explicaba. -Y me fijé en un callejón, ahí habían dos persona, una era a la que perseguía, a la otra no la pude ver, pero no tramaban nada bueno-. Intentaba explicarse. -Creo que el calvo llevaba un arma en la mano-. Quiso recordar. -Pero no estoy seguro-.
-Espera, espera, ¿El calvo?-. Preguntó Tyler confuso, pues Bryan no había mencionado a ningún calvo hasta ahora.
-Si si, el calvo al que perseguía-. Tyler asintió. -Pues eso, estaba en el callejón con aquel hombre intentaban negociar por una...- Recordó. -¡La caja!-.
Sin dar explicaciones, salió corriendo entre la gente. -Corre Tyler-.
Al escucharle, el compañero de Bryan echó a correr rápidamente, siguiendo al chico, que le dirigió hasta aquel callejón. Cuando estaban llegando explicó.
-Mira, estaban aquí, y hablaban de negocios, creo que intentaban intercambiar ésta caja-. Señalaba al fondo del callejón.
-¿Que caja?-. Preguntó Tyler de nuevo confuso.
-La caja, ¡Esta caja!-. Exclamó Bryan mirando hacia adelante y descubriendo que la caja por la que los hombres hablaban ya no estaba allí.
-Maldición-. Se decepcionó Bryan. -Estoy seguro de que había una caja-.
Entonces, notó como la mano de Tyler se posaba en su hombro.
-Está bien, no pasa nada. ¿Crees que podrías hacer un retrato de aquel hombre calvo?-. Bryan asintió. -Muy bien, volvamos al cuartel-.
Bryan, cabizbajo, siguió a su compañero hacia el barco de vuelta.