27 de noviembre de 2011

[Capítulo 5 Parte 1/2] Persecución por las calles.


Al ver como su compañero le despertaba, se levantó rápidamente con intención de salir disparado hacia la ciudad, pero la cabeza le dio vueltas, de levantarse tan rápido le había dado un mareo.
-No te levantes tan rápido, la ciudad no se va a ir-. Comentó Tyler con los brazos cruzados, apoyado ya en el marco de la puerta del camarote. Bryan se tocó la cabeza y apoyó una mano en la puerta esperando que el dolor se le pasara lo más rápido posible para salir hacia la ciudad.
Una vez el dolor cesó, Bryan abrió raudo la puerta y saló medio corriendo.
-Bryan, las zapatillas-. El chico volvió corriendo se las puso y salió de nuevo raudo hacia el puerto.
Tyler salió como un pasajero normal, que era lo que pretendían ser, pero no creía conseguirlo con Bryan de compañero, pues como nunca había salido de su ciudad, y estaba pletórico.
-Bueno, nos separaremos desde el principio ¿Te parece?-. Preguntó sin esperar respuesta, pues empezó a caminar en dirección al mercado.

Bryan, por su parte, caminó hacia el lado contrario, aunque no sabía el que buscar, ‘’cosas sospechosas’’ se dijo a sí mismo, estaría atento a cualquier callejón o calle solitaria.
Tras caminar un par de horas viendo de todo, carne, fruta, pescado, prendas de vestir, y muchos artilugios interesantes, llegó a un puesto en el que vendían cinturones con gancho extensible, muy útil para las misiones. Sacó el monedero y no dudó en pagar una cantidad de dinero algo considerable cantidad de dinero. Se puso el cinturón acariciándolo con gusto, mirando a los lados con una sonrisa espléndida.
Pasó unos minutos caminando hasta que vio ‘’algo sospechoso’’ Al final de un callejón en el que había apenas un par de puestos, dos hombres hablaban con una caja de por medio, ¡Era como en su sueño! Uno de los hombres tenía el rostro tapado, y al otro se le podía ver totalmente.
Era un hombre grande y musculoso, parecía estar muy entrenado, Llevaba una camiseta ceñida a su cuerpo y un pantalón que le llevaba por mitad del cuádriceps. Era calvo, pero en cambio llevaba un gran bigote. Además, otra característica a tener en cuenta en su cara, era una cicatriz en el ojo izquierdo, el cual daba hacia Bryan, que la pudo apreciar perfectamente.
-¡Eh!¡Vosotros!-. Gritó Bryan señalando el hombre calvo, el cual empezó a correr como loco. Sin embargo, al que le tapaban las sombras, se sumió completamente en ellas desapareciendo.
Bryan salió corriendo detrás del hombre que intentaba huir, dejando la caja en aquel callejón. ¿Quién mas podría cogerla ahora que sabían que gente del ejercito estaba por allí?
Persiguió por el mercado a aquel hombre, que corría como loco tirando cosas de los puestos, interponiéndolas entre él y su perseguidor para no ser alcanzado, pero la destreza de Bryan se lo ponía muy difícil.
El hombre, a la vez que corría, logró robar una túnica roja, la cual se puso en plena carrera y que hizo que Bryan pudiese ganar un poco de terreno debido a la dificultad de ponerse aquella prenda, no obstante, seguía estando bastante lejos de él.
Aquel hombre, apurado, dio una patada al pilar de un puesto de frutas, el cual calló levantando una gran humareda, y formando un muro de metro y medio de alto entre Bryan y el perseguido. Si no hacía algo, no podría seguir.
¡El cinturón! Pensó agarrándolo. Más o menos apuntó a una tabla de madera empotrada en uno de los edificios y lanzó el gancho extensible cuando Bryan pulsó el botón de ‘’arranque’’, el cual se agarró a dicha madera y tras soltar el botón de lanzamiento empezó a recogerse, arrastrando a Bryan por el aire. 

21 de noviembre de 2011

[Capítulo 4] ¡Comienza la primera misión!

Como había pensado, la noche pasó muy lenta para él, pues no consiguió dormir nada más que un par de horas, y ni si quiera fueron seguidas, si no que daba cabezadas de vez en cuando y enseguida volvía a levantarse. Al llegar la hora en la que tenía que prepararse, tenía la cara de zombie, cas no podía con su alma. Lentamente fue a asearse, mojándose varias veces la cara con agua fría para despejarse, aunque no consiguió gran cosa. Seguidamente, se vistió con la ropa de la misión y bajó al piso del comedor para poder comer algo antes de partir. En aquel gran salón, ya se encontraba Tyler, que le esperaba sentado en una de las mesas con la comida de Bryan, cosa que el chico agradeció.
-Donde es exactamente donde vamos a ir Tyler?-. Todos aquellos detalles estaban escritos en el informe de la misión, pero se le fueron olvidando conforme pasaba la noche.
-Bueno, iremos a pasear por el puerto y a buscar indicio de alguna compa-venta de armas o algo parecido, no creo que nos adentremos más en esa ciudad-. Contestó Tyler, el cual sospechaba lo que había sucedido por la noche debido a que a él y a todos le pasaba con la primera misión.
-Entonces por el puerto ¿Eeeh? ¿Podré comprarme algo si me gusta?-. Quiso saber.
-La verdad es que eso sería una tapadera perfecta, hasta yo mismo lo haré. Habrá algún momento en el que debamos separarnos, así que no te pierdas que te conozco.
-Claro claro-. Miró el reloj. –Creo que deberíamos ir partiendo, si no, tendremos que esperar hora y media para el próximo barco.
-Tienes razón-. Tyler se levantó y emprendió el camino hacia los garajes en los pisos intermedios.
Una vez llegaron a la zona de vehículos, Tyler guió a Bryan hacia un Sniiper X-10, un vehículo volante con forma de triángulo, en el que cabían dos personas. Dicho vehículo estaba suspendido en el aire dentro de un campo magnético que no le dejaría avanzar hasta que el motor estuviese en marcha. La aeronave funcionaba con unas placas que absorbían la luz del sol y la transformaban en energía capaz de mantenerla en el aire e impulsarla. Una vez llegaron, Tyler subió por una escalera izquierda, que daba lugar al sitio del piloto mientras que Bryan lo hizo por la derecha para sentarse en el segundo sitio libre.
El panel de control de aquel vehículo era algo raro, todo lleno de botones que Bryan deseaba tocar para ver qué efectos tenían sobre la nave, pero que tuvo que contener para no ser sermoneado. Tyler, una vez que los dos estuvieron sentados, arrancó el motor tirando hacia arriba de una palanca que tenía a su izquierda, la cual hizo también que una cúpula de vidrio les cubriera cerrando el compartimento.
-Recuerda, no toques nada que yo no te diga-. Advirtió el piloto antes de partir. –Ya tendrás tu oportunidad de instruirte dentro de un año, éste no es como los que se manejan en las calles-.
Tras tocar un botón verde, dos joysticks con varios salieron desde un pequeño compartimento al lado de Tyler, uno a cada lado.
-Éste-. Tyler agarró el joistick que daba a la parte de Bryan. -Es para controlar la dirección y del sniiper. Y este-. Agarró el que Bryan no podía ver. -Es el que maneja la velocidad y altura-.
Después de que el motor se hubiese calentado y los impulsores estuviesen listos, Tyler aceleró para salir del hangar y tomar rumbo hacia el puerto de Irium al cual llegaron tras varios minutos de pilotaje. Tras aparcar en uno de los estacionamientos, se dirigieron raudos a las taquillas para sacar dos billetes que le llevasen a la ciudad del destino.

Apenas tuvieron que esperar diez minutos para que se diera el aviso de que se iba a salir, así que avanzaron por una rampa que daba a la cubierta del barco flotante enseñando el billete a un hombre, el cual estaba custodiado por dos grandes guardias con sus respectivas armas.
-Aquí tiene, muchas gracias y buen viaje-. Comentó sonriente el hombre devolviendo los billetes a Tyler. Tras avanzar por la cubierta del barco, pronto  llegaron al camarote en el que se iban a hospedar durante el viaje.
-Te sugiero que duermas-. Comentó Tyler a su compañero. -Debes estar fresco para la misión, y el viaje dura varias horas, así que aprovecha ahora-.
Bryan no puso ninguna pega y se echó en la cama quitándose nada más que los zapatos y pronto se quedó dormido.



Bryan caminaba por una ciudad extraña, en la cual no había estado nunca. Tras recorrer calles y mas calles, vio algo sospechoso al final de un callejón. Dos hombres, hablaban en voz baja, separados por una gran caja que les llegaba hasta la cintura. Las sombras difuminaban su cara, pero no hacía falta reconocerles, pues claramente eso era demasiado sospechoso.
La sospecha se terminó de agravar cuando uno de ellos, pasó una bolsa al otro, de la cual calló un puñado de banquers, la moneda universal.
-¡Eh!¡Vosotros!-. Gritó Bryan empezando a correr hacia ellos. Los dos individuos, le esperaron con un palo y una cadena.
-Vamos, ven niño bonito-. Le gritaba una voz no conocida.
Al llegar a ellos, Bryan dio un salto enorme, dando una patada a  cada uno dejándoles K.O.
De repente una gran luz le iluminó. Estaba en el cuartel general, celebrando la captura del grupo revolucionario al completo gracia a él.




Alguien le sacudió y Bryan abrió los ojos, eta Tyler, que le había despertado de su gran sueño.
-Ya hemos llegado-.

20 de noviembre de 2011

[Capítulo 3] Una noche movidita.

Bryan pasó a su habitación asombrado, pues aún no había entrado en ella. Ésta, estaba decorada a partir de una encuesta que hizo Bryan después de ser aceptado en el ejército, con tonos azules y blancos por toda ella, con los muebles a juego. La habitación constaba de tres zonas, la habitación en sí, donde se encontraba la cama, de la cual el colchón, estaba diseñado de forma que se amoldase a las formas de Bryan y dejarle dormir mejor. En la pared un gran proyector por el cual se podía ver la televisión o por donde le informarían de emergencias en caso de haberlas. También había una mesita de noche con todos los recursos médicos necesarios y una lámpara, además de un armario empotrado para guardar la ropa.
El baño, en el cual había todo tipo de métodos de higiene personal, dicha, grifos, váter y un jacuzzy en el que podría relajarse. Finalmente, la terraza, desde la que se podían ver las estrellas y la ciudad alrededor, con una pequeña hamaca colgante y otra en el suelo.
Al avanzar por el pasillo de la entrada, llegó a la habitación en la cual se encontraba ya el equipaje que había llevado aquella mañana después de saber que había sido aceptado. Encima de la cama, se encontraba una ropa que no era suya, pero si de su talla, y al lado un bote de metacrilato en el que había apuntado un código de misión y las instrucciones para verlo en la tele en un papel simple y corriente.
‘’Depositar el bote de forma vertical en el conducto que se encontrará a la derecha del cañón del proyector de la habitación, en la cabecera de la cama para poder acceder al vídeo. Acto seguido, encender la tele y darle al botón ‘’play’’ para iniciarlo.’’
Bryan, siguió las instrucciones de aquella nota. El cajón se abrió automáticamente con la proximidad de Bryan y mostraba un conducto un centímetro más ancho que el tubo por el que lo metió.
Después de darle al ‘’play’’ una pantalla enorme apareció por delante, sin importar que Bryan estuviese delante del proyector. Un informe detallado se podía leer en la pantalla, en ella se mencionaba que la ropa que había al lado del bote sería la que Bryan llevaría para la misión.
Una camisa de color blanco metalizado, que parecía ser totalmente de metal, pero no era así, era de un material parecido a la seda. Los pantalones, eran del mismo color y estilo, pero con adornos negros por todos ellos.
Mientras Bryan de quitaba la armadura iba leyendo y quedándose con todo lo que necesitaría hacer cuando llegase a Tenis. Una vez terminó de leerlo, se metió en la cama para intentar dormir y descansar para estar totalmente fresco para la misión.
Pasaron minutos, y horas, pero Bryan no conseguía conciliar el sueño, los nervios que se transformaban en una especie de mariposeo en su estómago no le dejaban dormir. La noche iba a ser muy larga.

19 de noviembre de 2011

[Capítulo 2 Parte 2/2] A prepararse la misión.

Miró durante varios minutos el póster de tiro, decepcionado por el hecho de de que de sus primeros tiros tan sólo hubiese acertado dos y encima en el círculo de la puntuación más baja. Tendría que practicar bastante para conseguir tiros como los de Tyler.
Salió tranquilamente de la sala, ya eran aproximadamente las diez de la noche según marcaba su reloj, así que se dirigió a su cuarto, el cual estaba situado dentro de la misma base al igual que el de los demás soldados. Por los pasillos ya apenas había nadie, los últimos trabajadores los cuales cerraban sus despachos y oficinas y los guardias que estaban cambiando el turno.
Tras caminar varios minutos, llegó a una puerta, la cual se abrió automáticamente por la presencia del chico y se cerró un segundo después de que éste pasara por ella. La puerta, dio a un gran pasillo transparente de cristal, con un duelo el cual parecía una proyección. Desde dentro de pasillo se podía ver la ciudad que les rodeaba, llena de edificios que parecían apilarse los unos encima de los otros, llenos de luces y rodeados de vehículos que se movían de un lado para otro. Sin embargo, desde fuera no se le podía ver, pues el cristal era opaco.
Bryan dudó entre avanzar o no, era cierto que aquel era el camino, pero no confiaba en aquel suelo, pues parecía muy frágil e inestable. ¿Quizás Tyler le querría gastar una broma de novato y esa plataforma llevaba hacia otro lado? Mientras el chico pensaba para sí y se debatía entre si dar el paso o no, la puerta se volvió a abrir, dejando pasar a una joven con el mismo traje de guerra pero con una estatura claramente más pequeña que él. No obstante, aquella chica a pesar de ser incluso más joven que el mismo Bryan, parecía dura de pelar a pesar de su belleza.
-Disculpa-. Mustió la chica intentando colarse por uno de los lados de Bryan.  Éste se quedó en stand-by, atónito con la cara de la chica. Cuando notó que ésta no podía pasar, pues él estaba justo en el centro y por aquel pasillo apenas cabía persona y media, se apartó de tal forma que se pegó con la cabeza en el cristal, formando un ruido de eco por todo el pasillo.
-Perdón, perdón, es que estaba pensando en mis cosas-. Se disculpaba el chico, intentando disimular el daño que sentía ahora mismo en la cabeza.
La chica avanzó decidida dedicándole una leve mirada al chico sin ninguna expresión clara, sino una mezcla entre confusión e interés. Cuando sus pies se posaron sobre la plataforma, la chica empezó a moverse hacia adelante sin necesidad de mover los pies, parecía ser algún tipo de cinta transportadora que te llevaba hacia el otro extremo del pasillo.
Segundos después de que la chica hubiese empezado su viaje por aquella cinta, lo hizo él, mirando constantemente a los lados y a sus pies inseguro, tocándose la parte de la cabeza que se había golpeado con torpeza. Mientras tanto, la chica tan sólo miraba al frente esperando a que se acabase el trayecto de la cinta. De nuevo, una puerta como la que dejaron atrás se abrió dejando paso a la chica y de volvió a cerrar. Bryan, convencido de hablar con ella y entablar una conversación para al menos considerarse un conocido, esperó impaciente a llegar al final del pasillo y casi corriendo atravesó la puerta buscando a la chica con la que se había cruzado, pero ella ya no estaba. Una de dos, o su habitación estaba muy pegada a aquella puerta, o la chica había corrido para no volver a verle.
El chico miró su antebrazo izquierdo, en el cual había colocada una agenda virtual producida por un pequeño proyector en él. En aquel holograma, se podía ver la agenda del chico, en la cual había una notan con el piso y el número de habitación que le correspondía.
-Piso veintiuno, habitación doscientos dieciséis.
Continuó recto por el pasillo hasta ver un ascensor al cual llamó y esperó pacientemente que como apenas había gente, no tardó en bajar de los pisos superiores. Bryan le dio al botón ‘’21’’ y subió hasta el piso deseado. Una vez delante de la puerta de su habitación, una rendija se abrió a la altura de los ojos del chico y un laser le examinó las pupilas para después mostrar una luz verde encima de la puerta y hacer que la puerta de la habitación se abriese dejándole paso.

18 de noviembre de 2011

[Capítulo 2 Parte 1/2] A prepararse la misión.

-Oye oye Tyler, ¿Podemos ir a la zona de tiro a practicar antes de ir a la misión? Quiero estar preparado-. Decía Bryan emocionado caminando a la misma altura y paso que su compañero.
-Pero si mañana no tenemos que llevar armas, es sólo una misión de reconocimiento-. Contestó con Tyler una sonrisa en su cara, ya que se había relajado al no estar delante del comandante general y volvía a ser el hombre gracioso y risueño que solía ser antes de entrar en el ejercito, cuando Bryan era un niño.
-¡Pero vamos hombree!-. Protesto el joven poniéndose delante totalmente parado, impidiéndole el paso para presionarle cara a cara. -Sabes que estoy impaciente por probar mi arma-. Tocó un disco que descansaba en su muslo izquierdo.
-Solo un cargador, las municiones, por mucho que tengamos nos cuestan dinero a nosotros y al ejercito, así que solo uno ¿Queda claro?-.
-Seeh-. Bryan apretó el puño y juntó su antebrazo a su costado y dobló el codo echando hacia atrás el brazo como señal de victoria, cerrando los ojos fuertemente.
Caminaron durante varios minutos por los pasillos de la base, Bryan saludaba  a todo el mundo con el que se cruzaba y miraba de arriba a abajo cada centímetro de los pasillos nuevos por los que iba pasando, parándose muchas veces en las vitrinas donde exponían recortes de periódicos o maquetas a tamaño real de nuevos inventos y armas que están por desarrollarse.
Cuando llegaron a la sala de tiro, Bryan simuló una pistola con sus manos y empezó a disparar al aire.
-Tuf tuf tuf tuf tuf-. Simulaba los disparos de una pistola.
-Parece mentira que tengas veintidós años-. Comentaba Tyler negando con la cabeza y los ojos cerrados.
-Venga hombre no me seas tan duro, yo recuerdo que antes de que te metieras a esto tu eras igual o peor, y siendo más viejo que yo cuando entraste-.
-Bueno, primero dispararé yo y después lo harás tú, ¿Te parece?-.
Bryan tan sólo asintió. Entonces su compañero hizo un rápido movimiento con el brazo, sacando el disco, el cual tenía una barra atravesando y el gatillo lo dio un par de vueltas mientras la pistola se formaba alrededor del disco y disparó ocho disparos de plasma certeros a simple vista.
La pistola, no era como una normal y corriente, sino que, de la empuñadura circular, salían unas especie hojas de espada hacia adelante, formada por plasma. A mitad de ésta, atravesaba otra barra de plasma por la que salían las balas.
La diana se acercó y dejó ver seis tiros que no salían del área de ocho en el pecho y dos tiros que simulaban los ojos del muñeco de la diana.
Bryan intentó simular lo que hizo su compañero pero debido a la torpeza del chico y a que nunca había cogido un arma de verdad el primer tiro salió disparado al hecho, rebotando hacia el suelo, dejando una marca de quemadura.
-Ups-. Dijo el joven mirando con complicidad al experto tirador. Después, cogió la ''pistola'' con las dos manos y apuntó con un ojo cerrado, sacando la punta de la lengua, concentrándose.
Disparó todas las balas seguidas, sin aguantar demasiado el retroceso que provocaba la pistola. Cuando terminó, de los extremos de las hojas salían pequeñas columnas de humo blanco. Poco a poco la diana de tiro se fue acercando hasta que se podía a distinguir a simple vista que los agujeros de las balas estaban desviados a la izquierda, obteniendo su mayor puntuación en el círculo periférico mientras que los otros agujeros iban en la misma línea vertical, pues el retroceso de la pistola le había hecho a Bryan subir los brazos.
-Valla, y si llegamos a entrar en combate no sé lo que hubiese pasado-. Comentó entre risas. -Bueno, recuerda que no deberás ponerte el traje para la misión-. El compañero de misión de Bryan salió de la sala en dirección a su habitación.

17 de noviembre de 2011

-Fuera de la historia- Hablemos de las 7 Ciudades [Krastue]

Irium.

Es una de las ciudades de medias ni muy grandes ni muy pequeña, es una ciudad que se toma muy en serio el entrenar y adiestrar a los soldados por ello es la que tiene la mejor milicia y armamento de las siete ciudades.
El gobernante de dicha ciudad es  Hans Duppet, antiguo general de descendencia alemana, formado por métodos muy metódicos como los de la ya antiquísima Alemania y que ha sufrido en sus carnes el dolor de la guerra y mantiene a sus seguidores bien preparados.

Milicia
Ésta ciudad se caracteriza por los grandes desniveles de los edificios, pues su gobernador, insiste en que todos los habitantes vivan donde más les guste. La gran milicia se encuentra en medio de la ciudad y su forma es algo inusual, se trata de dos rascacielos conectados por un.
-Área de entrenamiento. Está formada por las diez primeras plantas el edificio de la izquierda, en la que hay varias habitaciones con simulaciones de distintos campos de combate tanto en tierra como en aire. En un apartado de alta seguridad, se encuentran las provisiones de armas y vehículos para entrenamiento.
-Área de despachos. Que constituye la parte alta del edificio izquierdo, en el cual se planea y administran todas las misiones la milicia y en la cima está el despacho de Loriant.
-Edificio derecho. Éste está formado y construido para que los soldados hagan sus vidas aunque es algo más pequeño que el izquierdo. Con las habitaciones en la parte superior y las zonas comunes para relajarse en los pisos inferiores. 
-Ambos edificios están unidos por un pasillo en la planta quince de cada uno. En la parte superior del piso izquierdo, hay una zona de seguridad por la que se puede salir en caso de emergencia.





Búnquer de armamento. 
Un edificio en forma de seta, en el cual se guarda tanto armamento como vehículos de combate para batallas. Éste edificio, es el más vigilado de toda la ciudad, más aún que la residencia del rey, pues cree que si se perdiera, daría lo mismo la seguridad que se tuviese en su edificio. Rodeada por cuatro grandes columnas con cañones y todo tipo de artillería y dos columnas algo más pequeñas encima de él, es casi infranqueable.

[Capítulo 1 Parte 2/2] Presentación, la primera misión de Bryan Miller.

Tras saludar ligeramente con la cabeza a los tres presentes, pues no sabía como reaccionar y saludar tanto a altos cargos como a compañeros, esperó paciente a que el comandante empezase a hablar, el cual no tardó en hacerlo.
-Buenos días-. Asintió al ver el gesto de Miller. -Usted es Bryan Miller ¿Verdad?-. Sin esperar respuesta, pasó la hoja la cual parecía ser la ficha personal del chico y siguió hablando.
-Muy bien, seguro que esto se lo habrá dicho ya bastante gente en las dos semanas que lleva aquí, pero no toleraremos ningún desacato ni desovediéncia por su parte-. aseguraba el hombre con bigote y Bryan asentía una y otra vez a sus directrices.
-Su misión consistirá en un pequeño ''paseo'' por Tanis, has sido recomendado por Tyler, dice que él te mantendrá en vereda y no consentirá ninguna tontería. Espero que sea verdad-. Dijo el capitán mirando con el tono de seriedad justo al que iba a ser compañero de Bryan. El chico, no pudo evitar mirar con una sonrisa al que el consideraba el mejor soldado del ejercito, pues le tenía en un alta estima.
-Bien, como seguramente sabrás, tu que llevas hasta hace poco tiempo en la calle hace poco que se habla de una nueva organización que pretende destruir las siete ciudades-. Continuó el Capitán. -Y como sabrás no podemos permitir eso, pues sería un caos imposible de remediar-. ante esto último Bryan asintió con ímpetu, pues consideraba que eso estaba realmente mal.
-Así pues, os dirigiréis mañana a las cero nueve cero cero al puerto de la ciudad y allí sacaréis un billete para viajar en un barco de mercancías, haciéndoos pasar por comerciantes, para no levantar sospechas-. Por hoy tienes día libre.
La secretaria apuntaba como loca a mano, y no mediante ordenador todo lo que decía el capitán, sin importar lo rápido que fuera, pu es éste no se cortaba un pelo ni se controlaba para que la mujer pudiera calmarse.
Tras escuchar las últimas instrucciones esperó a que su compañero se retirase para hacerlo él también tras una leve reverencia y salió medio corriendo para alcanzar a su amigo, que ya llevaba por mitad del pasillo que salía de allí.

[Capítulo 1 Parte 1/2] Presentación, la primera misión de Bryan Miller.

Por los pasillos del cuartel general de Irium, camina un joven despreocupado, y pletórico, parecía ir dando pequeños saltos de emoción. Había aprobado los exámenes de ingreso hacía dos semanas y estaba pletórico por encomendar su primera misión. El chico se había criado toda la vida en Irium, y por fin iba a entrar en su primer trabajo ¡Y qué trabajo! Iba a trabajar como militar en la ciudad que mas amaba, pues era la que le había dado la vida y le había criado.
Vestía el típico traje de la milicia de Illium, un traje completamente nuevo con de color blanco principal, decorado en las articulaciones y en partes del pecho de color negro y algunos adornos verdes. Sobre la cabeza, tan sólo lleva una especie de orejeras unidas al traje de las cuales luego saldrá el casco en caso de necesitarlo. Una barba perfectamente cuidada le adornaba la cara, dándole un aire de un par de años más de los que tiene y un pelo de color marrón medio largo que le caía sin llegar a taparle los ojos los cuales eran verdes como los de una esmeralda.
Cuando llegó al despacho del comandante general se paró delante y cogió aire y lo mantuvo en el pecho, mientras, relajó los brazos y las piernas con pequeños espasmos, como si fuese a entrar en combate. Una vez estuvo ''relajado'' tocó la puerta del despacho, la cual se abrió automáticamente.
El chico, entró sonriendo a la sala, mirándola de arriba a abajo. Las paredes eran de cristal, el cual dejaba una sala completamente iluminada por la luz del sol.
Dentro de ella, se encontraban tres personas aparte de él. Loriant, un descendiente de los antiguos franceses, el cual aún tenía un pequeño acento frances. Aquel hombre, vestía un traje militar del siglo XX, verde con una gran variedad de decoraciones. El pelo lo llevaba rapado al número dos, y un pequeño bigote adornaba el espacio entre el labio y su nariz. Tyler, un soldado al cual conocía Bryan que ya llevaba siete años en el ejército y le había comentado entrar, pues lo consideraba un chollo, cobrabas sin trabajar, pues a pesar de temer un ataque extraterrestre éste nunca llegaba. Llevaba el mismo traje que el, y la verdad, de no ser por su rubio pelo, y por que no llevaba barba, perfectamente se les podrían confundir a ambos porque, a pesar de no ser familia, se parecían demasiado. La última persona era Lila, la secretaria del comandante general, la cual tomaba nota de todo lo hablado en aquellas reuniones. La mujer llevaba un traje azul marino ajustado, con una camisa azul un claro por dentro de la chaqueta. Unas gafas rectangulares se posaban en su nariz, a mitad de altura para poder alternar la mirada por arriba para mirar a los presentes y por abajo para escribir en la carpeta que llevaba en los brazos. Su pelo recogido, era de un marrón intenso. El trío, le miraba con caras algo confusas, pues habían visto sus extraños movimientos antes de entrar.

16 de noviembre de 2011

Prólogo

En el año 2364, la ciencia ya ha avanzado mucho desde el siglo veinte, muchos experimentos vacíos, otros que han dado sus frutos, y que se han ido mejorando hasta crear una civilización totalmente diferente a como la que se conocía en aquel siglo. Entre los experimentos más notables, se encuentra el del famoso científico holandés Tomas Ryan, que consiguió mediante impulsos sónicos, expandir la atmósfera diez veces más a cómo se conocía, manteniendo los mismo niveles de sus componentes a como los habían hasta ahora, de manera que desde ese momento, había un espacio enormemente grande sin utilizar, pero no se sabía cómo, pues el mantener una ciudad flotante mediante combustible, salía caro incluso con energía solar.
El experimento anterior nos lleva a la siguiente modificación de ésta civilización que cambió bastante la forma de vivir en el planeta.
En el año 2397, un experimento, que trataba de descomprimir una partícula dos mil veces más pequeña que el átomo no salió realmente bien, sino todo lo contrario, éste experimento concluyó en la separación de la tierra en cientos de pequeñas islas, islas que medían desde dos o tres metros cuadrados hasta grandes monumentos de muchos kilómetros de superficie. Debido al rápido contacto con el aire, la capa semilíquida y fundida de la tierra, también fue solidificada, creando así más de éstos asteroides que se reunían en una misma atmósfera. ahora, el planeta conocido como ''Tierra'' Se había convertido en miles de fragmentos del mismo planeta disperso por una enorme atmósfera que les rodeaba.
Durante años, las islas fragmentadas, fueron modificadas y reconstruidas a base de paciencia con grandes máquinas, hasta llegar crearse de nuevo ciudades en ellas. Poco a poco, la civilización fue avanzando científica y tecnológicamente, como lo habría hecho en la situación anterior, llegando a conseguir mediante máquinas bastante desarrolladas desplazarse de una isla a otra, que terminaron tomando forma de los antiguos barcos.
Ya en el año 2479, habiendo pasado ochenta y dos años de la ''catástrofe'' de la separación de la tierra, había asentadas siete grandes ciudades, donde se concentra la mayoría de la gente. Krastue, Raisthin, Karkat, Tanis, Irium, Vhalalie y Ainsvar.
La primera nombrada, es la mayor potencia militar ahora mismo, que proporciona material bélico para todo el mundo, debido a que se ha comprobado que hay vida sin saber si es inteligente o no en el espacio.
En el año 2548, un rumor cada vez con mas creencia entre los ciudadanos surgió, que una gran organización secreta había nacido en Tanis, aparentemente la ciudad con menos potencial militar de todo ese mundo. Un chico de la milicia de Irium, tomará cuentas en el asunto más de lo que querría y sin saberlo.